DAVID TRUEBA INICIA UNA NUEVA AVENTURA NARRATIVA CON EL RÍO BAJA SUCIO
«Hay una época en la vida en la que termina de forjarse el carácter y se construyen los ideales que nos acompañarán para siempre».
DAVID TRUEBA
Dos amigos, un río contaminado y unas vacaciones que cambiarán sus vidas para siempre.
«Seguro que eres de los que creen que saben cómo es un cadáver. Aunque jamás hayas visto la vida evaporarse de un cuerpo al morir. Seguro que eres de los que piensan que conocen la mirada de un asesino. Aunque jamás hayas cruzado tus ojos con los de uno. Seguro que eres de los convencidos de que distinguirían entre mil a aquel que un día le quitó la vida a otro. Yo también era como tú no hace demasiado tiempo, cinco, seis años atrás, cuando sucedió lo que te voy a contar. Ahora tengo diecinueve años y ya no soy del todo aquel niño de casi catorce».
Las vacaciones de Semana Santa de Tom y Martín suelen ser bastante predecibles. En la sierra, con sus familias, los amigos, las bicis, el río, la naturaleza... Nada demasiado memorable salvo el reencuentro, que les permite disfrutar de la amistad que los une desde que eran pequeños.
Sin embargo, ahora, con casi catorce años ;en lo que parece que van a ser sus últimas vacaciones juntos;, el destino les tiene reservado algo que cambiará para siempre su percepción del mundo. Primero conocerán al enigmático hombre que vive en la casa llamada Los Rosales; después, a su hija Danae. Y la llegada de ambos provocará una sacudida en la vida de los dos amigos que los precipitará hacia una tensión desconocida y les mostrará que uno se hace mayor cuando pierde la inocencia.
Y de esta forma, mientras los adultos cargan con un pasado doloroso que vuelve a ellos con intensidad, los jóvenes comenzarán a fabricar su vida y su futuro.
David Trueba nos invita a sumarnos a una caravana electoral: una novela vibrante sobre la política y los políticos.
Esta es una novela divertida como una sobremesa con amigos, pero contundente como un gancho al hígado. Algo de esa contradicción contiene su protagonista, Basilio, al que sus enemigos apodan el Hipopótamo. Un mote que a él, con sus 119 kilos de peso, le provoca regocijo: puede que aspire a la callada quietud de ese animal, que sabe esperar su ocasión, pero también le atrae su naturaleza feroz, su instinto agresivo, su inteligencia criminal. Así que cuando le ofrecen abandonar por unas semanas su retiro plácido para acompañar a Amelia Tomás, una candidata a presidenta, en su gira electoral, la bestia que lleva dentro se despereza y actúa.
A lo largo de un periplo que lo llevará a recorrer toda clase de ciudades y pueblos de España, su misión será cargar los discursos de la candidata de dinamita, rociar con gasolina dialéctica a sus rivales y prenderle fuego a todo a su paso. Y es que en este juego competir es lo de menos: lo único aceptable es ganar. Ganar, ganar y ganar.
David Trueba ha escrito una novela inclasificable, que retrata el mundo de la política y su trastienda con un gran ojo para la sátira y la observación desprejuiciada. En un viaje entre la comedia y el retrato del natural por las entretelas de una campaña política, afloran ambiciones inconfesables, engaños, medias verdades, mentiras flagrantes, tensiones soterradas y conflictos de la vida privada que acaso sea mejor que no vean la luz; al frente de todo ello, un protagonista más grande que la vida, odiado por unos y odiado por otros, y que en lugar de preguntarse con angustia si el vaso de la vida está medio vacío o medio lleno ha decidido hace tiempo bebérselo de un trago. Desbordante y atrevida, vibrante y directa, Queridos niños es una autobiografía del rencor que supone otro paso adelante en una de las trayectorias novelísticas más exitosas de nuestra literatura.